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Mostrando entradas de abril, 2019

Sueño involuntario

Cálido, como el sol en la ventana. Lleno de matices que se entrelazan. Un sueño posible se atenúa o se dispara. ¿Llegarán los rayos a la alborada? Afuera, los relojes se aceleran o se paran. Apenas somos conscientes del sol que calienta. Los ojos de los niños miran por las ventanas.               No ven lo que hay fuera del cristal que los separa.   En el horizonte el sol se hunde en la explanada. Yo me quedo quieto detrás de mi ventana. Los cristales se rompen en una fina escarcha. La luz penetra hasta la mañana. Los ojos de los niños se vuelven ciegos al sol. Y se abren los geranios en primavera. Hay un silencio en las miradas. Viven en los niños todas las madrugadas.

Sueño de la noche (Tambores en la oscuridad)

Tambores, tambores en la oscuridad. Mi corazón late y canta al ritmo del eterno compás. Abajo, en la cocina, el reloj gira sin parar. Hay en él una verdad muy grande y unos fuelles de metal. Tambores, tambores en la oscuridad. Mi vida se consume y el reloj no parará. Tambores, tambores en la oscuridad. El ritmo del corazón siempre me ha de acompañar. Son sus notas como un pulso, sus golpes un reflejo terrible, un reloj que no se detiene, un destino ineludible. Tambores, tambores en la oscuridad. Tengo miedo de dormirme y no volver a despertar.

Relato

Un hombre se acercó a una ventana sin ningún propósito concreto. Casi podría decirse que estaba dando un paseo cuando acabó allí frente a ella. Sin pensar, movió el marco a un lado y respiró el aire que venía de fuera. Recordó entonces como había empezado a pasear, había sido porque se había sentido solo. De pronto vio el enorme infinito que se abría al otro lado de la ventana, y sintió pánico y atracción al mismo tiempo. Luego, comenzó a inclinarse sobre el hueco de la ventana, y sintió cómo todo su peso tiraba de él hacia abajo. Recordó en esos momentos a su hermana, primero. Imaginó que podría estar haciendo en esos momentos, y lo que pensaría al enterarse de su muerte. Luego pensó en sus padres, su padre, su madre, había tantas cosas que no había entendido acerca de su madre. Quiso poder entenderlas. Pensó en Víctor, supo que sufriría, y en Sandra, Sandra no lo entendería. Se imaginó a Fátima, y a Nuria; pudo ver el rostro y las palabras de Fátima sin oírlas. Luego hizo un