Carta de despedida


Siento la necesidad de escribir un poema.

Como tantas veces antes que esta, te pienso.

Y pensarte es sinónimo de melancolía.


Aquel día el agua reflejaba las estrellas.

Y yo no quería mirarlas.

Recuerdo que aquel día tus ojos escribían canciones.

Y yo no quería mirarte.


Las estrellas, por efímeras, me asustan desde pequeño.

Pero tú, poderoso sentimiento,

eres lo más duradero que mi alma conoce.


Ya se acerca al final -soy consciente-.

Tampoco tú estás exenta de él.

Antes yo te amaba porque estabas dentro de mi alma.

Pero ahora eres una estrella más en el firmamento.


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